miércoles, 17 de febrero de 2021

El déficit de la Seguridad Social: un problema de todos

 Con el vigente sistema de reparto, por el cual los ingresos por cotizaciones se emplean para pagar las diferentes prestaciones del sistema de Seguridad Social generando deuda cuando los ingresos son inferiores a los gastos, como es el caso español desde hace unos cuantos años (desde 2010), resulta evidente que el problema de insuficiencia de la caja común para hacer frente a los gastos es un problema de la sociedad en su conjunto pues todo lo que se aporta va a un fondo común del que se tira para gastar, es decir los cotizantes actuales no cotizan para reservar su dinero para su jubilación sino para pagar el gasto de las pensiones actualmente reconocidas. Es un sistema de solidaridad social más que de seguridad social.

Cuando se habla de equilibrar las cuentas de las pensiones, se plantea el problema en términos del porvenir, nunca del hoy y ahora, pareciera que el problema del déficit es una dificultad que aparecerá en el horizonte de los años venideros. Pero el déficit existe hoy, está ya aquí con nosotros, y por muchos años, los gastos son y serán inferiores a los ingresos, del orden de 20.000 millones de euros anuales y creciendo....

Para resolver el grave problema se barajan opciones como, por el lado de los gastos,  el aumento de los años para el cálculo de la pensión, el establecimiento de unos "factores de sostenibilidad" basados en estudios demográficos de esperanza de vida, formas de penalizar las jubilaciones anticipadas y por el lado de los ingresos,  el "destope" de las bases máximas de cotización, la cotización por los ingresos reales de los trabajadores autónomos, etc, soluciones que pueden ser complementarias. 

Lo que tienen en común todas esas propuestas es que sólo afectarán a las nuevas prestaciones que se devenguen en el futuro, es decir, no afectan a las prestaciones ya reconocidas, a las pensiones que ya se pagan actualmente que se consideran un gasto fijo que sólo puede disminuir por efecto de la mortalidad de los pensionistas pero la expectativa es que ese fondo no sólo no disminuya sino que aumente por efecto de las "exigidas", y "asumidas" socialmente, subidas de las pensiones de acuerdo al IPC.

Se habla de la excesiva generosidad de nuestro sistema de pensiones en que las prestaciones son muy superiores a las cotizaciones, problema que se agrava por el aumento de la esperanza de vida de los españoles. Esa excesiva generosidad ya se da ahora con las actuales pensiones ya reconocidas, no es un problema de futuro.

Sin embargo, nada se dice a los pensionistas actuales cuyo gasto también es parte del grave problema que padece y padecerá la Seguridad Social . Se les adula y compra el voto electoral con subidas que la Seguridad Social, o sea los españoles, no puede ni debe pagar. Se oculta la realidad: el sistema de pensiones no se sostiene con sus ingresos, genera déficit y deuda que tarde o temprano habrá que pagar vía subida de impuestos que pagarán "otros" a costa de la renta disponible y del ahorro de esos otros. 

Puesto que, teniendo en cuenta la mentalidad general sobre el tema,  es impensable que se haga una transición a un sistema de capitalización de pensiones para que cada cual cotizase para su jubilación, sería necesario hacer, por una vez,  una catarsis general y que de una vez entendamos todos los españoles, los que ya tienen su pensión y los que todavía no la tenemos, que la Seguridad Social está quebrada, que no puede seguir así, y que el esfuerzo para reflotarla debe hacerse entre todos los españoles asumiendo los sacrificios que nos toquen a todos por igual pero entendiendo que las pensiones deben ser sostenibles con las cotizaciones puesto que ese es el sistema que tenemos y, por lo visto, no queremos cambiar.

Cuando una empresa va mal porque los ingresos caen se impone un recorte de los gastos, de los cuales el más importante suele ser el coste de personal. Unas empresas, las más, suelen recortar el número de empleados tratando de reducir, si pueden,  los empleos de mayor coste salarial unitario, es decir, los empleados de mayor antigüedad y experiencia. Otras empresas optan por un recorte salarial a toda la plantilla, mediante un acuerdo con la misma a través de sus representantes, tratando de evitar los despidos, todos siguen trabajando viendo reducida su retribución.

Pues con la Seguridad Social lo mismo, no tendría sentido pedir sacrificios exclusivamente a los nuevos pensionistas cuando el problema es general, de déficit de todo el sistema, nos tendremos que apretar todos el cinturón si queremos que el sistema perviva en el tiempo.  Si no queremos apretarnos el cinturón, el sistema hará crack cuando sea imposible financiar sus déficits con deuda y se tendrá que emplear la recaudación tributaria (no de cotizaciones) para hacer frente a los gastos. 

El problema de la Seguridad Social española es un problema que tiene soluciones, la cuestión de fondo es la manifiesta incapacidad de los partidos políticos de tratar a los ciudadanos españoles como adultos capaces de entender la gravedad de la situación. Quizás esa incapacidad de nuestros políticos se deriva de su manifiesta falta de ejemplaridad en todos los aspectos que les hace imposible ser emisores de un mensaje que la sociedad no está dispuesta a recibir de quién hace de los privilegios y la corrupción su seña de identidad más relevante. El consejos vendo que para mí no tengo. Los que no brillan por su austeridad y honradez no pueden pedir sacrificios a la sociedad española.

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